“La Coordinadora de parados saharauis reclama beneficios de los recursos naturales del territorio. Nuestros recursos nos pueden proporcionar trabajo”. Esto se leía en las pancartas, en las calles de El Aaiún durante las manifestaciones de ayer.
Después de un periodo de calma, coincidiendo con la visita en febrero del Rey de Marruecos al territorio que mantiene bajo ocupación ilegal, los saharauis han retomado las manifestaciones públicas en demanda de empleo.
“Nuestros recursos naturales pueden proporcionarnos trabajo” se leía en las pancartas.
Las manifestaciones reclamando trabajo por cuenta de la explotación de los recursos naturales del Sahara Occidental se han venido produciendo desde hace meses en las zonas ocupadas del territorio. Dado que Marruecos obtiene beneficios de los recursos naturales del Sahara Occidental, los saharauis vienen reclamando su parte cada vez más a menudo, o por lo menos, que se les proporcione empleo.
Sistemáticamente, la policía marroquí reacciona con violencia ante estas manifestaciones. Consta que varios manifestantes han sido heridos, y algunos han precisado asistencia médica.
La presencia del aparato de seguridad marroquí en el Sahara Occidental se ha visto claramente incrementada, más allá de sus ya altos niveles, con ocasión de la visita real, disuadiendo a la mayoría de manifestantes. Las protestas volvieron a la carga en cuanto se comprobó que la cantidad de efectivos de ocupación volvía a niveles “normales” - que ya de por sí resultan aberrantemente altos para una zona que el régimen marroquí designa como una parte del territorio nacional, como pueden ser Tánger, Marrakech o Rabat.
Tres saharauis han presentado una denuncia contra la brutalidad policial tras su manifestación contra compañías que importan roca fosfórica de su tierra ocupada.
Decenas de saharauis se manifestaron en Smara, en el Sahara Occidental ocupado, contra la marginación que sufren en su rica tierra natal. Parece que algunos resultaron heridos.
Tras consultar con Marruecos, el documento redactado por Ban Ki-Moon ha quedado vaciado de todas las referencias a los informes de la ONU destacando la marginación saharaui.